martes, 9 de junio de 2009

Venezuela Pasado y Presente 1899-1998.















Del General Cipriano Castro al Comandante Chávez
Dimitri Duarte*

Casi cien años después de la llegada del General Tachirense Cipriano Castro al poder (1899), llegó el comandante (Crnl. Ej.) Hugo Chávez a la presidencia de la República por votación popular. Y aunque 100 años es mucho tiempo, no lo ha sido para el crecimiento y desarrollo del poder imperial y global de los EU.Para entonces, finales del siglo XIX, eran algunos países europeos, como Inglaterra, Francia, Italia y Alemania, las potencias dominantes. Los países y pueblos de América Latina, África y Asia eran ya víctimas de aquel joven capitalismo colonizador y salvaje.Los países pobres, llamados después subdesarrollados, incurrían en amplias deudas con casas comerciales europeas, para cubrir sus desastrosos deficis financieros, producto del mal manejo de la cosa pública, de sus guerras civiles y de la corrupción de sus funcionarios.Cuando el General Cipriano Castro, que había salido de Cúcuta –Colombia, cinco meses antes, con 60 guerreros, llega triunfante a Caracas el 22 de octubre de 1899, el país estaba sumido en una profunda crisis económica, política y militar. Basta ver el informe al Congreso del presidente Andrade el 27 de febrero de 1899 (8 meses antes de la llegada del Gral. Castro) para entender el desastre comatoso en que se encontraba la República. Enumera, Andrade, así la situación: 1) guerra civil; 2) epidemia de viruela; 3) restricción del crédito exterior; 4) estancamiento mercantil y reducción de las importaciones; 5) puertos en cuarentena; 6) reducción drástica de los precios internacionales del café, primer producto de exportación.De allí que mientras los ingresos del país en 1888 sumaron 40.563.000,00 Bs., pero en el periodo 1899-1900 los ingresos fueron de apenas 27.296000,00 Bs. Para enero de 1899 las deudas de la República llegaban a 490 millones de Bs al año. El Gral. Castro asumía así la conducción de un país desordenado, hipotecado y lleno de esperanzas con el inicio del nuevo siglo XX y las promesas del verbo encendido del líder de la triunfante “Revolución Restauradora”.Con este panorama de fondo se presenta un conflicto de intereses entre el Estado venezolano y dos compañas norteamericanas que tenían y disfrutaban del monopolio de explotación de riquezas venezolanas. Ellas eran: la “New York & Bermúdez Company” y la “Orinoco Shipping Company”.Empresas éstas que habían apoyando con dinero y abiertamente un fracasado movimiento militar contra el gobierno de Castro, llamado “la revolución Libertadora”.En noviembre de 1902 comenzaron a avanzar hacia las costas venezolanas barcos de guerra de los países acreedores, a saber: 3 Alemanes, 3 Ingleses, 3 Italianos y otros más. Los pequeños barcos de la Armada venezolana fueron abordados y hundidos, además fueron bombardeados los puertos de La Guaira, Pto Cabello y Maracaibo.Este criminal atentado contra la soberanía de un pequeño país produjo la solidaridad de varios países Latinoamericanos, como: El Salvador, Ecuador, Bolivia, México y especialmente el apoyo solidario, abierto y decidido de la República Argentina, desde donde se le ofrecieron fondos a Venezuela para enfrentar el ataque, además de que un brillante jurisconsulto argentino desarrolló una tesis contra los cobros compulsivos de deudas públicas, conocida más tarde como “La Doctrina Drago”.En la propia Europa sectores liberales y socialistas condenaron abiertamente el bloqueo. En Inglaterra, el Primer Ministro Belfour hablaba en la Cámara de los Comunes de “un estado de guerra entre el Imperio Británico y Venezuela”.Pasarían unos 80 años para que se produjera otra declaración de guerra entre el Imperio Británico y un país Latinoamericano, con la llamada “Guerra de las Malvinas”, en 1982.El enfrentamiento del Presidente Cipriano Castro con los EU fue creciendo y la gran prensa americana se dedicó a ofender a Castro con caricaturas de monitos y palabras ofensivas.Según Jesús Sanoja Hernández, en aquellos tiempos, pasó por la mente de los estrategas norteamericanos la idea de la intervención armada en Venezuela. De hecho, pocos años antes del bloqueo, Mr. Pile propuso “que los EU se encargaran de las aduanas venezolanas (para hacer ellos los pagos) y que una flota yanki patrullara nuestra aguas territoriales”.Asimismo la “American Annexation League” y la “Monroe Doctrine League” abogaron por la ocupación militar norteamericana de nuestra Guayana, además el ministro Partidge “aconsejo la invasión de Venezuela por una escuadra acompañada por una esfuerza de desembarco”. Con estos antecedentes históricos es comprensible la profunda preocupación del Presidente Chávez ante un eventual ataque de EU a la Venezuela revolucionaria y socialista de estos tiempos actuales que corren a paso de gigantes. Recordemos el viejo dicho:”Quien no aprende de su historia está condenado a repetirla”*Abogado Méridadimitriduarte@hotmail.com

Revolucion Restauradora:En 1898 a medida que aumentaba la desestabilización del nuevo gobierno de Ignacio Andrade, crece el dinamismo de los partidarios de Castro, que a la postre formarán un Comité Revolucionario. A principios de 1899, luego de conversaciones infructuosas con Carlos Rangel Garbiras, con el fin de realizar una acción conjunta, Castro decide organizar junto con Juan Vicente Gómez y otros copartidarios, la denominada Revolución Liberal Restauradora, que comenzó con la invasión del territorio nacional, el 23 de marzo de 1899. Dicho movimiento revolucionario triunfa luego de librarse algunos combates, por lo que el presidente Andrade abandona el país ante el incontenible avance de Castro, quien finalmente entra en Caracas el 22 de octubre de 1899 encargándose de la presidencia de la República hasta diciembre de 1908.Presidencia:Una vez en el poder Cipriano Castro tuvo que afrontar una fuerte oposición política por parte de sectores tanto nacionales como internacionales. En tal sentido, tenemos el estallido de la Revolución Libertadora (1901-1903), liderada por el banquero Manuel Antonio Matos y que contó con el apoyo financiero de compañías extranjeras; el bloqueo de las costas venezolanas por parte de las armadas de Inglaterra, Alemania e Italia (diciembre 1902-febrero 1903) que motivó la célebre proclama de Castro: "Venezuela, la planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria"; y "La Conjura" (1907), complot palaciego que se generó en torno a su ausencia del gobierno por motivos de salud. En síntesis, para poder superar la oposición a su gobierno y consolidarlo, Castro tuvo que liquidar los centros dispersos de poder político (caudillos) y preparar el advenimiento de un régimen plenamente autoritario, lo que no dejó de provocar la reacción de ciertos sectores separados del poder. En noviembre de 1908 con el objeto de someterse a una riesgosa operación quirúrgica en Alemania, deja en el poder transitoriamente al vicepresidente de la República, general Juan Vicente Gómez, quien aprovecha las circunstancias para dar un incruento golpe de Estado, el 19 de diciembre de ese año.Un aspecto importante de la legislación en este período es la aprobación del divorcio, contemplado en el Código Civil de 1904. Las causales para concederlo son: el adulterio de la mujer en cualquier circunstancia, el del marido cuando mantuviera concubina de manera notoria, el abandono del hogar, la propuesta del marido de prostituir a la mujer, el conato de uno de los cónyuges para prostituir a los hijos, y la condena a presidio. Los representantes de la Iglesia Católica y sectores conservadores del país se opusieron a la disolución del matrimonio civil alegando razones religiosas y morales; pero esto no modificó el proyecto legislativo.Revolucion Libertadora:La Revolución Libertadora (1901-1903) fue una guerra civil de Venezuela, en la que una coalición de caudillos encabezados por el banquero Manuel Antonio Matos, aliados con empresas trasnacionales (New York and Bermúdez Company, Orinoco Steamship Company, entre otras), intentaron deponer al gobierno de Cipriano Castro. La revolución fracaso debido a las diferencias internas de los alzados. Los revolucionarios fueron financiados por banqueros caraqueños que habían sido vejados por Castro, quien los obligo bajo amenaza de prisión a que le prestaran dinero al gobierno.Caida:En 1907 Cipriano Castro padeció de una fístula vesico-colonica, rara enfermedad caracterizada por infecciones del tracto urinario o la salida de gas intestinal a través de la uretra durante la micción (neumaturia), esto debido a una conexión anormal entre la vejiga y otro órgano o la piel como los intestinos (fístula enterovesical) o a la vagina (fístula vesicovaginal). Se le intenta operar pero mientras lo intervienen se produce una caída tensional con un paro y desisten de operar, por ello, viaja a Berlín y se le realiza una nefrectomía, siendo el tratamiento todo un éxito, pero dicha ausencia del país la utiliza su compadre Juan Vicente Gómez para dar un golpe de estado y quedarse por 27 años con el poder. En su intento de regreso a Venezuela arriba con su barco en Trinidad, sufre una dehiscencia de la herida operatoria y por órdenes del gobierno francés es regresado a Europa.







Nace en la Hacienda La Mulera (Edo. Táchira) el 24.7.1857Muere en Maracay (Edo Aragua) el 17.12.1935
Es imposible hablar de los primeros 35 años del siglo XX venezolano sin recurrir de una u otra manera a la figura de Gómez, ya que durante los 27 años que rigió los destinos de Venezuela - en lo que ha sido la dictadura más prolongada de nuestra historia - se comenzaron a desarrollar medidas (formación de un ejército nacional, creación de una extensa red vial nacional, establecimiento de la Hacienda Pública), que si bien sirvieron para su consolidación en el poder, también permitieron iniciar a nuestro país la ruptura definitiva con el siglo XIX. A continuación se esbozaran algunos rasgos biográficos que quizás permitan comprender un poco más a un personaje tan enigmático pero a la vez tan importante en nuestra historia contemporánea.
Juan Vicente Gómez nació en el seno de una familia numerosa. Fueron sus padres Pedro Cornelio Gómez y Hermenegilda Chacón Alarcón, quienes además de él tuvieron 12 hijos más, de los cuales murieron a temprana edad 4, siendo los otros: Indalecia, Juan Crisóstomo, Elvira, Regina, Ana, Pedro, Emilia y Aníbal. En enero de 1875, Pedro Cornelio Gómez fue designado presidente del Consejo Municipal del distrito Bolívar del estado Táchira, falleciendo el 14 de agosto de 1883, motivo por el cual Juan Vicente asumió la representación de la familia y la dirección de sus negocios agrícolas y pecuarios. Tiempo después, en junio de 1886 conoce a Cipriano Castro - con quien lo unirán importantes nexos personales y políticos - cuando viaja desde La Mulera a Capacho Viejo, con la finalidad de reclamar el cadáver de su compadre Evaristo Jaimes, quien murió en el enfrentamiento entre dos facciones del Partido Liberal Amarillo que disputaban el control del gobierno del Táchira. De acuerdo con el historiador Antonio Dávila, en los pueblos de San Antonio, Capacho, Lobatera y Táriba no habían familias de mayor pujanza que los Gómez, Castro y los Bello.
En 1892, Venezuela experimenta una grave crisis política como consecuencia de las maniobras continuistas de Raimundo Andueza Palacio, quien pretendía aprovechar la aproximación de una reforma constitucional para ampliar el período presidencial de dos a cuatro años y permanecer en el poder, no convocando a elecciones. El ex presidente Joaquín Crespo ante estas circunstancias enarbola entonces la bandera de la constitucionalidad y con el nombre de Revolución Legalista, se alza en armas en tierras del Guárico. Por su parte Cipriano Castro, representante del Táchira en la Cámara de Diputados y quien se encontraba cercano al círculo Anduecista, ante el estallido de la rebelión legalista en Los Andes, decide enfrentarla en tierras andinas. Castro, al llegar al Táchira y antes de emprender sus acciones contra las tropas revolucionarias que comandaban Espíritu Morales y Eliseo Araujo, le ofrece a Juan Vicente Gómez una alta posición dentro de su Estado Mayor con el propósito de encargarlo de la logística del ejército, otorgándole por tanto, el grado de coronel. Sin embargo, el triunfo del movimiento liderado por Crespo y la huida del presidente Andueza Palacio obliga a Castro y Gómez desplazarse hacia Colombia, estableciéndose en dos haciendas cercanas a la frontera con Venezuela. En el exilio permanecerán desde 1892 hasta el 23 de mayo de 1899.
A fines del siglo XIX, Venezuela atraviesa por una etapa de grandes dificultades tanto políticas como económicas, durante el gobierno de Ignacio Andrade. En tal sentido, en este lapso Andrade tuvo que enfrentar la Revolución de Queipa (febrero-junio de 1898) liderada por José Manuel Hernández; la muerte de Joaquín Crespo en el campo de batalla y la rebelión del general Ramón Guerra. Asimismo, en este tiempo la economía venezolana sufrió una enorme recesión como consecuencia de la caída de los precios de sus principales productos de exportación (Café, ganado, cuero). En términos generales, estas condiciones fueron razones suficientes para que Cipriano Castro se alzará en armas en tierras del Táchira, el 23 de mayo de 1899, con el propósito de tomar Caracas y establecer un gobierno que luego bautizaría como Liberal Restaurador. Juan Vicente Gómez lo acompaña en esta nueva expedición militar, pero ya con el grado de general y como segundo jefe expedicionario. Finalmente, Castro y Revolución Liberal Restauradora entran triunfantes en Caracas el 22 de octubre de 1899, dando con esto inicio a la larga hegemonía de los andinos en el poder.
A comienzos de diciembre de 1899 Juan Vicente Gómez es designado gobernador del Distrito Federal en sustitución del general Julio Sarría Hurtado, cargo en el que permanece 2 meses, siendo sustituido por el general Emilio Fernández. Dos años después se reúne en Caracas la Asamblea Nacional Constituyente, que en febrero de 1901 sanciona una nueva Constitución, resultando Cipriano Castro presidente de la República, el general Ramón Ayala, primer Vicepresidente y el general Juan Vicente Gómez, segundo vicepresidente. Uno de los más importante conflictos que tuvo que enfrentar Cipriano Castro una vez en el poder, fue el estallido de la Revolución Libertadora, que lograría congregar un ejército de 16.000 hombres, siendo organizada y financiada, con apoyo económico de la New York and Bermúdez Company, por el banquero Manuel Antonio Matos y por diversos caudillos regionales. En esta difícil situación política, Castro decide nombrar el 20 de diciembre del mismo año a Juan Vicente Gómez con el grado de general de división, por lo que recaía en éste último la responsabilidad de combatir y derrotar, lo que según muchos historiadores fue la empresa revolucionaria más poderosa desde los días de la Guerra Federal (1859-1863). En su rol de jefe militar defensor del gobierno de Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez fue derrotando a los distintos caudillos regionales tales como Luciano Mendoza, Antonio Fernández, Luis Loreto Lima (quien muere a causa de las heridas sufridas en uno de los enfrentamientos), regresando a Caracas el 26 de febrero de 1902, tras 65 días de campaña. Meses después, el 5 de julio de 1902 el presidente Castro encarga de la presidencia de la República a Gómez (quien había resultado herido en una pierna, meses antes) decidiendo por su parte marchar al Oriente, al frente de una expedición militar que tenía como objetivo destruir la revolución en sus propios campamentos. Una vez recuperado, Gómez tiene una participación decisiva en la liquidación de las fuerzas revolucionarias, primero con la toma de Barquisimeto, el 23 de mayo de 1903 y luego en el combate de Matapalo, ocurrido el 3 de junio, donde se destruyen los ejércitos rebeldes de Occidente. Finalmente, el 21 de julio después de 50 horas de lucha, venció al último bastión de la Revolución Libertadora, tras vencer a Nicolás Rolando; poniendo con esto fin a las guerras civiles en Venezuela.
El retorno de Juan Vicente Gómez-nombrado como el Pacificador deVenezuela por el propio Cipriano Castro-a Caracas en medio de aclamaciones y arcos de triunfo, determinó el comienzo de la desconfianza entre Castro y Gómez y la división de los integrantes del gobierno de la restauración liberal en "castristas" y "gomecistas". Evidencia de esta ruptura entre ambos líderes, lo encontramos en el episodio conocido como "La Aclamación", en el que las intrigas desatadas por las camarillas que rodeaban a Castro (ratificado como Presidente de la República para el período 1905-1911 por el Congreso Nacional) y Gómez (Vicepresidente de la República para el período 1905-1911), son cada vez más graves, hasta que el 9 de abril de 1906, Castro se dirige al país para anunciar su retiro temporal de la presidencia de la República; buscando con esta maniobra comprobar si eran ciertas las noticias acerca de la conspiración de Gómez y medir su popularidad. El retiro voluntario de Castro finaliza cuando delegaciones de todo el país se dirigen a la ciudad de La Victoria, donde se había instalado el mismo, para pedirle que regresara a la presidencia, lo que en efecto hizo el 5 de julio de 1906. No obstante, al poco tiempo de su vuelta al poder, comienzan a circular a mediados de 1906, noticias acerca de los quebrantos de su salud, lo que desata ante su posible muerte los temores entre la camarilla castrista de que Gómez se convirtiera en su sucesor. En este evento conocido como "La Conjura", los círculos cercanos a Castro amenazan la vida de Gómez, quien en múltiples ocasiones tuvo que cambiar de residencia. Por tal motivo, durante los años 1906 y 1907 permanece la mayor parte del tiempo en Maracay, alejado de toda actividad oficial, pese a ser el primer vicepresidente de la República. El restablecimiento de la salud por parte de Castro significa el final de la "La Conjura", al darse cuenta éste de que sus ministros habían ya escogido a su sucesor, Francisco Linares Alcántara; lo que trae como consecuencia, que Castro margine de su lado a los conspiradores y que Gómez recupere su completa confianza.
Al poco tiempo de superado el episodio de "La Conjura", la salud de Castro volvió a resentirse, por lo que se vio obligado a viajar a Berlín para someterse a una operación quirúrgica. El 23 de noviembre de 1908, Castro se separa del poder y pasa Gómez a desempeñar la presidencia en su condición de primer vicepresidente. Al día siguiente se embarca Castro en el buque Guadaloupe, rumbo a Europa. La ocasión del viaje de Castro al exterior fue visto como una ocasión propicia para organizar un nuevo movimiento revolucionario por parte de los jefes del liberalismo amarillo y del nacionalismo en el destierro, quienes contaban una vez más con el apoyo de las potencias extranjeras (Estados Unidos de Norteamérica, Francia y Holanda), las cuales habían roto relaciones diplomáticas con Venezuela. Bajo estas circunstancias, Gómez obtiene el poder suficiente para organizar un golpe de Estado y sustituir de manera definitiva a Castro en el ejercicio del poder. Una vez derrocado Castro, Gómez inicia su gestión concediendo la libertad a los presos políticos e invitando a quienes permanecían en el exilio a regresar al país; además restaura la libertad de prensa, pero se niega a disolver el Congreso y a convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, tal como lo reclamaba todo el país. El 5 de agosto de 1909, el Congreso Nacional aprueba una reforma constitucional que reduce el período presidencial a 4 años y se establece un período provisional hasta el 19 de abril de 1910, fecha en que debía entrar en vigencia la reforma. En definitiva, Gómez es elegido el 11 de agosto presidente provisional de la República y el 25 de abril de 1910, es elevado por el Congreso al rango de general en jefe de los ejércitos venezolanos.
El 27 de abril, las cámaras legislativas lo eligen presidente constitucional de Venezuela para el período 1910-1914, pero en 1913 Gómez decide continuar en el ejercicio del poder, creando con esa determinación, la primera crisis en el seno de su gobierno. Finalmente, la conflictiva situación es resuelta una vez que Gómez declara suspendido el proceso electoral, alegando como pretexto una supuesta invasión por parte de Castro, por las costas de Falcón. Ante tal situación, Gómez se declara en campaña y se instala en Maracay, mientras que José Gil Fortoul, presidente del nuevo Consejo de Gobierno, ocupa la presidencia de la República. Luego de estos acontecimientos, el 14 de abril de 1914 un Congreso Nacional de Plenipotenciarios resuelve designar a Juan Vicente Gómez presidente provisional de la República y comandante en jefe del Ejército. Posteriormente, este mismo grupo de plenipotenciarios redactaron un Estatuto Constitucional provisional que regiría hasta que fuera promulgada una nueva Carta Magna (la cual fue aprobada en junio de 1914), designándose a Victorino Márquez Bustillos como presidente de la República y a Juan Vicente Gómez como comandante en jefe del Ejército. El 3 de mayo de 1915, el Congreso Nacional eligió al general Juan Vicente Gómez, presidente constitucional para el Septenio 1915-1921. No obstante, Gómez permaneció el mayor tiempo en Maracay, mientras que Victorino Márquez Bustillos, se encargó del poder en su rol de presidente provisional por espacio de 6 años.
En diciembre de 1921 una retención de orina lleva a Gómez al umbral de la muerte pero gracias a la intervención del doctor Alberto Bueno, logra recuperarse. Una vez restablecido, Gómez promueve una reforma constitucional que aprueba el Congreso mediante la cual se restablecieron los cargos de vicepresidentes de la República, eliminados por la Constitución de 1914, se mantuvo el período presidencial de 7 años, se eliminó la Comandancia en Jefe del Ejército para regresar su comando al presidente de la República y permitió su reelección para el período 1922-1929. El 30 de junio de 1923 es asesinado en su dormitorio en el Palacio de Miraflores el primer vicepresidente Juan Crisóstomo Gómez y mientras el Gobierno señala a los exiliados como autores intelectuales del crimen, las versiones populares lo explican como producto de intrigas y rivalidades en el seno de la familia de Gómez. En 1928, con el pretexto de un carnaval estudiantil hace acto de presencia en la vida nacional un nuevo grupo de políticos conocidos como "Generación del 28", los cuales van a representar una oposición distinta al gomecismo, es decir, diferente a las tesis y propuestas mantenidas por los liberales y conservadores. El 7 de abril de 1928, se sublevan 2 cuarteles en Caracas y se pone en marcha una conspiración militar en la que participan algunos líderes universitarios, que sin embargo es controlada por el gobierno.
En la etapa 1928-1935, Gómez decretó la creación del Banco Obrero y del Banco Agrícola y Pecuario y promulgó la primera Ley del Trabajo. El 7 de julio de 1931 prestó por última vez su juramento como presidente de la República, en lo que será su lustro final en el poder. En términos generales, durante los 27 años que gobernó a Venezuela, no varió en sus costumbres y mantuvo las mismas de su época de hacendado y de guerrero, caracterizadas por la sencillez en sus hábitos, su desconfianza a las camarillas, la relación directa con gente de todas las condiciones sociales y su capacidad para utilizar en su gobierno a las personalidades de mayor prestigio intelectual con que contaba el país. La mayor parte del tiempo vivió sólo, asistido por sus edecanes y gente de confianza. Se puede decir que uno de los factores fundamentales en la consolidación en el poder de Juan Vicente Gómez y quizás su contribución más importante al siglo XX venezolano, fue la creación de un Ejército Nacional, el cual sirvió y ha servido desde entonces como instrumento garantizador de la paz. En tal sentido, Gómez creó por decreto de 1910, la Academia Militar como base de unas Fuerzas Armadas Nacionales, las cuales pondrían término final al sistema de ejércitos personales controlados por los caudillos regionales. Asimismo, fue dueño de una inmensa fortuna constituida toda en territorio venezolano, evaluada la misma en Bs. 115.000.000 aproximadamente y que en 1936, por decisión confiscatoria del Congreso, pasó en su totalidad al patrimonio nacional. Aunque su acta de defunción señala que murió el 17.12.1935, algunos historiadores señalan que probablemente su deceso ocurrió al día siguiente, pero se adelantó la fecha para hacer coincidir tanto su nacimiento (24.7.1857) como su muerte con la del Libertador.


La Mulera, 1859 - Maracay, 1935) Político y militar venezolano, presidente de Venezuela entre 1908 y 1935. Nació en el seno de una importante familia de hacendados andinos que habitaban en la finca La Mulera, en el estado Táchira. Hombre robusto, de temperamento recio y vernáculo, como lo fuera también su compadre Cipriano Castro, con quien inaugurara para Venezuela la saga de los "Andinos en el Poder", creció con las astucias y los privilegios de primogénito de una pródiga familia de 12 hermanos (Indalecia, Juan Crisóstomo, Regina, entre otros), de quienes al morir el padre se haría cargo, además de su madre Hermenegilda Chacón Alarcón, Pedro Cornelio Gómez, también hacendado y traficante de ganado, en 1883.
La trayectoria vital de Juan Vicente Gómez hasta convertirse en el gobernante mítico de guantes blancos, astuto y de pocas palabras estuvo signada evidentemente por las vicisitudes de una guerra civil eternizada en la nación bajo la forma de revoluciones políticas que se sucedían unas a otras entre las múltiples fragmentaciones de los tradicionales partidos Liberal y Conservador; y fue precisamente a raíz de una querella entre dos facciones del liberalismo amarillo tachirense en la cual murió su compadre Evaristo Jaimes, cuando conoció a su gran compañero de armas y amigo, al coronel Cipriano Castro. El fabulario de la relación que existió entre ambos roza por muchos ángulos el costumbrismo de las grandes familias de la región andina.
Junto a este nuevo compadre, Juan Vicente Gómez se formó como estratega militar en tres importantes campañas, hasta convertirse en el "Gran Pacificador de Venezuela", como ya lo reconociera la población en 1903. La primera de ellas ocurrió en el contexto de la Revolución Legalista, encabezada por Joaquín Crespo en contra del presidente Raimundo Andueza Palacio, en la cual Gómez ingresó en el Estado Mayor del ejército de Castro, entonces diputado ante el Congreso por Táchira como coronel y encargado de la logística en la defensa de la región frente a los revolucionarios.
El exilio hacia tierras de la frontera colombiana fue el destino que le tocó vivir a ambos; corría entonces el año 1892. Casi rozando el cambio de siglo, el 23 de mayo de 1899, las circunstancias fueron propicias para que Juan Vicente Gómez se animara a seguir a Castro, en calidad de general y segundo jefe expedicionario, en su fructífero intento de tomar la plaza de Caracas bajo la bandera de la Revolución Liberal Restauradora. El trayecto, iniciado en Táchira, atravesó Mérida, Trujillo, Lara, Yaracuy y Carabobo, y culminó el 22 de octubre en la ciudad capital.
A Gómez le tocó ejercer varios cargos de índole militar y administrativo, tanto en Caracas como en Táchira, hasta que la Asamblea Constituyente propuesta por el nuevo gobierno Restaurador lo nombró, en febrero de 1901, segundo vicepresidente de la República, siendo Cipriano Castro nombrado presidente y Ramón Ayala primer vicepresidente. Fue, sin embargo, la astucia y tenacidad mostrada por Gómez en la campaña contra la terca Revolución Libertadora lo que motivó que Castro lo "predestinara" a ser el pacificador de Venezuela.
Aquella "revolución" fue una lucha incesante que, durante tres años, mantuvo al gobierno en campaña, y en la cual figuraron hombres como Luciano Mendoza, Juan Pablo Peñaloza, Gregorio Segundo Riera, Nicolás Rolando, Carlos Rangel Garbiras y Amábile Solagnie en batallas como la de La Victoria (12 de octubre al 2 de noviembre de 1902) y Ciudad Bolívar (entre el 19 y el 21 de julio de 1903). Durante esta contienda, Juan Vicente Gómez estuvo a la cabeza de los ejércitos nacionales, y cuando le tocó hacerlo, ejerció de "Presidente encargado de la República de Venezuela".
"Cosas del poder", podría denominarse a los acontecimientos que se suscitaron posteriormente y que determinarían, en gran medida, la elevación de Juan Vicente Gómez a la posición de Benemérito de Venezuela. La cultura política de la nación no dejaba de manifestarse; después de un vacío legal a propósito de una reforma propuesta por Castro para prolongar su período presidencial, Gómez fue nombrado definitivamente primer vicepresidente de la República para el período 1905-1911.
Ya para esa fecha, el llamado "gobierno restaurador" se encontraba dividido en camarillas organizadas en torno a la figura de los dos líderes, "gomistas" por un lado y "castristas" por el otro. De las intrigas entre ambos bandos resultarían "La Aclamación" y "La Conjura" al presidente Castro, de lo cual Juan Vicente Gómez sacaría provecho en procura de la limpieza de su imagen: se mantuvo impávido ante las sospechas de Castro respecto a su supuesta conspiración y esperaría el momento preciso para dar la estocada que lo llevaría al poder.
En noviembre de 1908 el general Castro debió abandonar el país por razones de salud y Gómez se quedó en ejercicio de la presidencia provisional. El 19 de diciembre del mismo año, Juan Vicente Gómez, junto a sus aliados de la restauración, ganaderos y comerciantes, y bajo pretexto de un supuesto atentado que quisieran hacerle los aliados de Castro a su instancia, llevó a cabo un golpe de Estado.
Las medidas de primer orden estuvieron orientadas a contener la posible sublevación de las fuerzas opositoras. Así, decretó la libertad de prensa y otorgó el mismo derecho a los presos políticos, convocó a todos los exiliados a retornar al país y conformó un Consejo de Gobierno integrado por jefes militares de "La Conjura" y de la antigua Revolución Libertadora (Francisco Linares Alcántara, Roberto Vargas, Rafael María Carabaño, Juan Pablo Peñaloza).
El 27 de abril de 1910, el Congreso Nacional lo designó presidente constitucional para el período 1910-1914. Hasta 1913, puede decirse que Juan Vicente Gómez se dedicó a constituir un gobierno de contención en el que, aparte de lo necesario para controlar la oposición, dispuso por decreto, en 1910, la creación de la Academia Militar como base de un ejército nacional, que a la postre pondría término definitivo al sistema de ejércitos privados controlados por los caudillos regionales.
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A partir de 1913, cuando Gómez decidió prolongar el período presidencial a siete años, desconocer las elecciones y expulsar a todos los antiguos líderes del Consejo de Gobierno bajo supuesta amenaza de invasión por parte de Cipriano Castro, se inició el verdadero proceso que caracterizó la época gomecista. Su permanencia en el poder se prolongó hasta 1935, dividida en tres períodos constitucionales: 1915-1921, 1922-1929 y 1931-1935.
En ellos gobernó desde la figura de presidente de la República, atribuyéndose la figura de jefe supremo de los ejércitos de Venezuela. En varias oportunidades nombró presidentes encargados, entre los que figuraron José Gil Fortoul, Victorino Márquez Bustillos y Juan Bautista Pérez. Se rodeó entonces de asesores pertenecientes a la última generación de pensadores positivistas, conocido como el "Gabinete Lírico" (José Gil Fortoul, Laureano Vallenilla Lanz), quienes contribuyeron en el proceso de legitimación del régimen de la misma forma como lo hicieron los profesionales de las armas que se graduaban de aquella Academia Militar a cargo, por cierto período, del chileno Samuel McGill y del venezolano Félix Galavís. Su numerosa familia, pródiga en hermanos, hijos y mujeres (Dionisia Bello y Dolores Amelia Núñez de Cáceres), formó parte igualmente de su apoyo político. Ese año de 1913 también fue el de la clausura de la Universidad Central por un período de casi diez años.
Los hitos de este régimen coinciden, sin duda, con un cambio radical en la estructura política y económica del país. A partir de 1914, tras el descubrimiento del pozo petrolero de Mene Grande, comienza la transformación de Venezuela en nación petrolera. Se promulgaron leyes y pronunciaron los primeros reglamentos para la explotación de esa fuente energética, que la nación solo podía comprender como "Riqueza".
Otro hito de entonces fue la construcción de carreteras que permitieron la comunicación terrestre del país y facilitaron la creación de una conciencia nacional. La Ley sobre Hidrocarburos, la creación del Banco Obrero y del Banco Agrícola y Pecuario, y la promulgación de la primera Ley del Trabajo, son elementos paradigmáticos del régimen. El interrogante, sin embargo, se sigue planteando cada vez que la nación recuerda aquella generación de estudiantes que, a propósito de una celebración de Carnaval, se manifestó adversa contra el absolutismo del Benemérito, y de la cual por cierto surgieron los líderes e intelectuales que luego se encargarían de conducir los destinos de la nación. La voz de aquella época y, por tanto, de la paradoja era aquel famoso "sacalapatalajá, sacalapatalajá, ¡sacalapatalajá!".
Juan Vicente Gómez escogió por casa de gobierno la ciudad de Maracay y desde ahí supo tejer los hilos de un absolutismo inédito para la nación. Supo gerenciar, con metáfora de hacienda, las vidas de los venezolanos que, tanto por el terror como por las dádivas, nunca olvidarían al Benemérito. Juan Vicente Gómez murió de una enfermedad en la próstata el 17 de diciembre de 1935. Todavía anciano quería seguir gobernando, pero, mal que bien, el país ya era otro.
La cuestión que encierra la tesis del "gendarme necesario" encuentra en la figura de Juan Vicente Gómez el principio de una paradoja todavía irresoluble en la memoria política de los venezolanos: ¿cuál es el precio que debe pagar un país por la consolidación de su unidad nacional? Esta pregunta sigue suscitando polémica, y muchas veces discusión maniquea, cuando se intenta evaluar la labor del mentado "Benemérito". Sus tiempos fueron los de las evocadas hazañas de la "pacificación nacional", la consolidación de una unidad politicoterritorial con sentido de Estado-nación, la unificación del ejército y su profesionalización institucional, y también de otras más adjetivas, pero asimismo más idealizadas por la memoria colectiva: el pago de la deuda externa en 1930 y la política de construcción masiva de carreteras, que, mientras comunicaba todo el territorio nacional, condenaba a trabajos forzosos a los presos políticos.
Todo esto ocurrió a comienzos del siglo XX, en el período comprendido entre 1908 y 1935, es decir, durante el tiempo que demoró el mandato del dictador, y en el cual, por cierto, Venezuela dejó de ser una nación agraria para convertirse en uno de los países con mayores reservas petroleras del mundo. Lo dicho, sin embargo, aconteció en un clima de silencio político y estratagemas de concentración de poder en la figura de un solo hombre, con claras políticas de abolición del disenso político; y, por tanto, también fueron tiempos del famoso "consejo de Gobierno", de la incorporación de los líderes rebeldes y pensadores positivistas en las filas del Estado, de los exilios políticos, de la cárcel llamada "La Rotunda" y del oscurantismo intelectual "de una Venezuela de la decadencia". Sus tiempos fueron, así, los del primer ensayo exitoso de un régimen totalitario en Venezuela, que, al haberse identificado hasta la saciedad con la figura del Gran Caudillo, se sigue confundiendo hoy en día con los hechos de su propia vida; por ello, sus tiempos fueron, simplemente, "los tiempos de Juan Vicente Gómez".








La Generación del 28
Con el nombre de "Generación del 28" se conoce al grupo de estudiantes universitarios que protagonizaron en el carnaval caraqueño de 1928 un movimiento de carácter académico y estudiantil que derivó en un enfrentamiento con el régimen de Juan Vicente Gómez. En tal sentido, lo que inicialmente fue un proyecto restringido al ámbito de la Universidad Central, se transformó en una propuesta destinada a la modificación del sistema político venezolano de comienzos del siglo XX.
En un primer momento, los jóvenes que ingresaron en la Universidad Central de Venezuela entre 1923 y 1925, tomaron la iniciativa de reconstituir los centros de estudiantes pertenecientes a las facultades de Medicina, Derecho e Ingeniería. Luego como paso siguiente promovieron el restablecimiento de la Federación de Estudiantes de Venezuela, organismo coordinador de todos los centros de representación estudiantil, hasta entonces suspendido por una disposición que databa del gobierno de Cipriano Castro. En esta etapa destacan como organizadores los siguientes personajes: Jacinto Fombona Pachano, su primer presidente; Raúl Leoni, su segundo presidente; Elías Benarroch; Isaac Pardo, Miguel Otero Silva, Juan José Palacios, José Tomás Jiménez Arráiz y Rafael Echenique Chirinos. Asimismo como parte de este proceso de reactivación de la universidad como centro generador de conocimiento y de debate político, se efectuaron durante este lapso diversas actividades culturales que apoyó con sumo interés el rector Diego Carbonell. Con el objeto de recaudar fondos para la realización de este plan, en el carnaval de 1928 se organiza La Semana del Estudiante, en cuyo programa destacaban los siguientes actos:
Desfile desde la Universidad hasta el Panteón Nacional, en homenaje a los próceres de la Independencia.
Coronación de la reina de los estudiantes Beatriz I ( Beatriz Peña), en el teatro Municipal.
Recital de la juventud, en un teatro capitalino.
Concentración juvenil en La Pastora.
Preparación de una becerrada que no se realizó debido al desarrollo de los acontecimientos.
Los Acontecimientos
Debido a la participación de Pío Tamayo, antiguo exiliado político y uno de los introductores del marxismo en Venezuela, quien en la coronación de Beatriz I lee un poema juzgado como subversivo por las autoridades gomecistas; a las primeras intervenciones de los estudiantes de derecho, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Joaquín Gabaldón Márquez, también estimadas como inconvenientes por los cuerpos de seguridad, y al "acto irrespetuoso" de Guillermo Prince Lara, quien rompió una lápida en honor a Juan Vicente Gómez; el Gobierno decide poner fin a los actos conmemorativos de La Semana del Estudiante, encarcelando a Tamayo y a los demás jóvenes, conduciéndolos a La Rotunda. Ante la inesperada reacción oficial y en actitud solidaria frente a lo que consideraban un injusto cautiverio, el resto de los estudiantes se entregó de manera voluntaria a la policía, lo que resultó una maniobra que desconcertó completamente a los cuerpos represivos. Posteriormente, el Gobierno los trasladó al castillo de Puerto Cabello, permaneciendo allí detenidos 214 estudiantes, durante 12 días, hecho que hasta entonces nunca había ocurrido en el país. Por su parte, la Universidad de Los Andes reaccionó casi de enseguida frente a los sucesos, lo que sirvió de acicate para que en las principales ciudades se levantara una ola de protestas que hizo ceder al gobierno, quien finalmente los liberó. Este hecho fue bastante significativo, ya que la sociedad venezolana que hasta ese momento había mostrado una actitud sumisa frente a la dictadura gomecista, planteó la lucha contra la tiranía en un campo novedoso para un caudillo como Gómez: la Calle.
Al poco tiempo de la liberación de los estudiantes, se produce un acercamiento entre algunos de éstos (Juan José Palacios, Francisco Rivas Lázaro, Fidel Rontondaro y Germán Tortosa, entre otros) con jóvenes oficiales del Ejército-entre quienes se encontraba el hijo Eleazar López Contreras- con la finalidad de planificar un golpe de Estado que debía ejecutarse el 7 de abril de 1928, pero que fue debelado antes de producirse. Con el objeto de obtener la libertad de los compañeros detenidos a raíz del intento de sublevación del 7 de abril, un grupo de estudiantes redacta en octubre de 1928, un documento dirigido a Juan Vicente Gómez donde se le pide a éste que reconsiderara su severa medida. No obstante, Gómez no sólo desatiende sus demandas sino que manda capturarlos, siendo conducidos en medio de protestas públicas junto a cerca de 200 estudiantes a las colonias de Araira, donde se construía un tramo carretero, en el que deberían cumplir trabajos forzados. Por otra parte, aquellos estudiantes que eran considerados como más peligrosos (Pedro Juliac, Rafael Chirinos, Ricardo Razetti, Antonio Sánchez Pacheco, Antonio Anzola Carrillo, Clemente Parparcén, Eduardo Celis Sauné, Enrique García Maldonado, Guillermo López Gallegos, José Antonio Marturet e Inocente Palacios) fueron conducidos al inhóspito presidio de Palenque. Mientras que el resto fue trasladado al castillo de Puerto Cabello, donde permanecieron hasta principios de 1929, cuando fueron dejados en libertad y expulsados del país.
En un principio los estudiantes del 28 regresan a Venezuela después de la muerte de Gómez (17.12.1935) como un grupo homogéneo que pretende desarrollar proyectos comunes. Sin embargo, lentamente comienzan a escindirse en banderas políticas distintas. Algunos se apartan de manera definitiva de la vida pública para dedicarse a otras actividades, mientras que en los grupos más combativos se formaron los núcleos de los futuros partidos Acción Democrática (AD) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV). Asimismo, dentro de este grupo hubo quienes destacaron por su aporte a los ámbitos artístico y científico. Entre los que se inclinaron por la creación artística figuran personajes como Guillermo Meneses, Miguel Otero Silva, Felipe Massiani y Antonio Arráiz; mientras que entre el segundo grupo se encuentran Miguel Acosta Saignes, Isaac J. Pardo, Rodolfo Quintero y Juan Bautista Fuenmayor.
En síntesis, la importancia de la "Generación del 28" en la historia contemporánea de Venezuela radica en tres aspectos fundamentales. Por un lado, un caudillo como Juan Vicente Gómez habituado a dirimir los conflictos políticos en los campos de batalla, se enfrenta a un grupo de estudiantes que actuando como colectivo plantean una lucha en un ámbito desconocido por Gómez y en general por los caudillos del siglo XIX, la ciudad. En otras palabras, a partir de este momento las batallas políticas del siglo XX se desarrollarán en las ciudades mediante huelgas generales, paros, boicots, etc. Por otro lado y en relación con lo anterior, el carácter colectivo del movimiento de 1928, expresado en la propia denominación de "Generación", formará parte de otro importante elemento de ruptura con la historia política del siglo XIX, la despersonalización del poder. Es por esto que pese a la cantidad de liderazgos (Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Miguel Otero Silva, Raúl Leoni, Juan Bautista Fuenmayor) presentes en los sucesos de 1928, ningún tuvo un protagonismo especial, predominando la unidad del grupo sobre cualquier individualidad, lo que será un adelanto de una de las principales características de las organizaciones políticas del siglo XX: la disciplina partidista. Por último, con los jóvenes estudiantes del 28 se introducen nuevas ideologías (socialismo, marxismo, democracia) a las cuales no pueden adaptarse viejos líderes como Gómez. En tal sentido, una doctrina como el Liberalismo que fue central durante todo el siglo XIX, pierde su vigencia ante el surgimiento de ideas tales como la lucha de clases, la socialdemocracia, los partidos policlasistas, la importancia del Estado como agente planificador de economía, etc. En definitiva, se puede decir que con la llamada "Generación del 28" se introducen los elementos de cambio que le permitirán a Venezuela romper con el siglo XIX e insertarse en el XX.


4 comentarios:

  1. Compadre me gusto la idea de este blogg: este es el camino para la interrelacion de los participantes

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  2. Excelente por este blogg, estamos en contacto por este medio.

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  3. Monica Carolina

    Me parece una vision interesante de la historia de nuestro pais... me gustaria conocer mas acerca de este tema..
    chao te felicito.

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  4. Muy buena consolidacion historica del proceso y sus repercusiones en la actualidad...

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